Puntuación: [ 8.5/10]
- 13 Veces por minuto
- La mala suerte
- Magnífico fracasado
- No quiero verte caer
- Ante la tempestad
- Ángeles Malditos
- O.C.K.
- Antes del amanecer
- Durango
- Desierto
No tiene que haber sido sencillo para UZZHUAIA el hacer este ‘Trece veces por minuto’. Lo digo en el sentido de que tras dos discos como el sobresaliente homónimo y el maravilloso ‘Destino Perdición’, no puede ser fácil continuar a ese nivel. Ya lo dice el dicho, que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Pero el quinteto valenciano lo ha vuelto a conseguir.
Quizá es pronto para compararlo con esos dos pedazo de discos, pero ‘Trece Veces Por Minuto’ cumple con creces. En su momento, tras la salida de su anterior obra, los califiqué en la crítica del mismo como la banda de hard rock más elegante de España; no me faltaba razón, porque lo sigo viendo de la misma manera. Aquel puede que fuera más directo que este, y que entrara desde la primera escucha, pero repetir fórmula hubiera sido un error. Su carrera ha sido un ejemplo de constante progresión, paso a paso, disco a disco y poco a poco, subiendo peldaños, y siempre fieles a la pura esencia del rock. No vendrían mal un puñado de grupos así para reavivar un poco el rock patrio…
O mejor dicho, no vendría mal que el público diera una oportunidad a este tipo de grupos. UZZHUAIA tiene la virtud de que con su estilo pueden agradar a un amplio sector del público, y así debería ser, que llegaran a un público mucho más amplio que el actual. Hard rock, sí, pero con temas pegadizos, accesibles… uno cree estar viajando a la música que reinaba hace veinte años, pero con un sonido totalmente cuidado y pulido, y además en castellano, lo que hace que la conexión con el oyente sea inmediata. Además, muchas de las letras de Pablo Monteagudo hacen que a quién las escuche le de por fantasear con montar tu propia banda; al menos a mí me lleva ocurriendo desde que los escuché. A las letras le unes un trabajo efectivo de Álvaro Monteagudo y Jose en la base rítmica, junto a los riffs y solos de Álex e Israel, y encuentran la fórmula perfecta, que en esta ocasión tiene su punto álgido en la parte central del álbum.
El disco comienza con el tema que lo da título, y que también formara parte del avance durante el verano en forma de EP digital junto a ‘Miedo’ y ‘No quiero verte caer’. Dura, pegadiza, con un ritmo pegadizo y sin demasiadas complicaciones; y es que la sencillez bien hecha es siempre efectiva. Así sigue ‘La mala suerte’, en la misma línea, y la mayor parte de ‘Magnífico fracasado’, con un inicio acústico. La citada ‘No quiero verte caer’ anima más la cosa, con más velocidad y dinamismo, más rockera y con una temática que da que pensar. ‘Ante la tempestad’ baja las revoluciones de una manera necesaria, para arremeter con fuerza en ‘Angeles malditos’, con un riff principal muy al estilo VELVET REVOLVER, y ‘O.C.K.’, con un espíritu algo más punk rock escandinavo y acelerado, como en ‘Desde septiembre’, de ‘Destino Perdición’. Estas dos, junto al medio tiempo ‘Antes del amanecer’, resultan ser de las más destacadas en un disco que ya de por sí sobresale en conjunto, y que completan ‘Durango’, llamada a ser un himo en directo con sus palmas de acompañamiento, y la balada ‘Desierto’, cerrando esta vez su nuevo trabajo de una manera más pausada y calmada que su predecesor. Ni un solo momento de bajón ni nada de relleno.
UZZHUAIA siguen manteniendo su esencia según pasan los años; siendo esta no es ni más ni menos que la del rock. Solo diez temas son necesarios para demostrar su calidad, ni más ni menos. Y eso a pesar de temas como el que trata ‘No quiero verte caer’, donde hacen referencia a que cualquier tiempo pasado fue mejor y en el presente falta pasión. Por ganas, actitud y buenos discos no será, pero sí que parece que la música últimamente se vive de otra manera, para desgracia de los que la disfrutamos cada día. Aún así, contra viento y marea, en las críticas de anteriores trabajos en esta web no han bajado del notable alto, por algo sería... Así siguen y que lo hagan muchos años más.